SUFRIR O NO SUFRIR POR AMOR ¿ESA ES LA CUESTIÓN? (PARTE FINAL)

Por último una Reflexión…

Dichosos todos quienes puedan decir que han amado.

Han podido AMAR sentir, pensar y hacer … Pudieron expresar, y saber al mismo tiempo que fue recibido, agradecido y retribuido, en igual o similar medida.

Qué importa entonces, cuál fue su duración: 30 años, 3 años, 3 días o 3 horas. Lo realmente importante no es el tiempo que algo dura, sino la intensidad con la que se disfruta.

Todas las cosas, en este mundo material tienen un ciclo, “Un principio y un fin”. Incluida nuestra vida ella también se encuentra atrapada en esta lógica. Nacemos y moriremos en algún momento.

Agradezcamos entonces cada día, cada hora, cada instante que tengamos para amar, reír, orar y/o comer, como en la película. Y marquemos la diferencia entre amar y poseer. El amor necesita libertad para que la pareja trabaje diariamente en elegirse el uno al otro.

No sabemos, a ciencia cierta, cuándo acabará nuestro tiempo. Entonces, agradezcamos poder sentir lo que estamos sintiendo. Qué la Tristeza no empantane lo hermoso de nuestro amor. Gracias a la vida como decía Violeta, por darme la posibilidad de sentir, pensar, soñar e ilusionarme.

La vida cambia, las personas cambiamos, los escenarios también. Dejemos entonces fluir este sentimiento, puede ser que vuelva transformado en otra persona, animal, actividad u objetivo.

No detengamos el fluir de la vida ni empañemos lo hermoso de esta emoción. Una de las más sublimes y puras que existe. Sin olvidar que amar es dar, amar es libertad y por último, una de las tantas definiciones que me gusta mucho dice:

“El amor verdadero es la alegría por la sola existencia del otro” (Joseph Zinker)

Podemos entonces interpretar que:

El amor que alguien siente, es independiente de que ese alguien esté o no presente. Debido fundamentalmente a que el verdadero amor implica libertad y la posibilidad de que el ser amado me elija una y otra vez, una y otra vez. Esa es la cuestión, el trabajo y al mismo tiempo el premio.