EL ADULTO SANA A SU NIÑO INTERIOR.
- Sandra Torres Sánchez
- 18 abr 2018
- 2 Min. de lectura
….Cuántas veces hemos sentido qué dentro de nosotros aún existe,... se esconde un niño/a, que a veces aparece tímidamente en un juego, una carcajada, cuando miramos algo que nos remonta al pasado, algún olor, sabor, lugar o en el peor de los casos algún recuerdo que nos inmoviliza, atormenta, atemoriza... y todo aquello que de algún modo se relacione con un hecho acontecido en el pasado que termina cumpliendo la función de reeditar aquello que mi mente sólo quisiera olvidar.
Surge entonces la pregunta: ¿Mi niño interior será pobre o rico?
Ser un niño pobre: Es un hecho que soy pobre porque se me da poco. Siento que soy de segunda o tercera categoría. Mis padres me dan poca dignidad de ser. Solo lo justo para ir tirando, a veces me miran y me dan algún destello de amor. Me ilusionan algunos destellos, mi esperanza crece y vuelve a caer la desesperanza. Soy leal a la fuente, aunque no salga ni una gota, espero siempre el agua.
Ser un niño rico: Mis padres confían en mí, y me dan lo mejor de sí mismos aun con sus falencias y dificultades. Me cobijan desde su contacto físico, son mi casa y me acompañan en mi salida al mundo. Recibo todo su amor porque soy digno de respeto y amor. Me siento valorado y siento mi valor. Se me nutre por lo que soy no por lo que debería ser.
Existe un niño interior rico o pobre dentro de cada uno de nosotros. El asunto es: ¿Qué debemos hacer con él?
Debemos asumir plenamente nuestra responsabilidad y protegerlo. Al final de cuentas, es el adulto que existe dentro de nosotros el que debe tomar y acoger a ese niño o niña interior, más allá de los padres originales.
EL ADULTO SANA A SU NIÑO INTERIOR.
Sanar nuestro niño interior, nos permite liberarnos de nuestra carga neurótica. Para dejar de ser hijos del pasado y comenzar a ser padres del futuro.
Dentro de un proceso terapéutico de calidad, la persona se apropia de su niño interior, confronta si es necesario con los padres originales y finalmente toma en sus manos la vida de ese niño que es propia su vida.
Entonces, es necesario que nos conectemos con nuestro niño interior, esto implica conectarnos con el dolor original, poco a poco sanearlo y para que el pasado deje de interferirnos y podamos vivir el presente de una forma plena.
Muchas personas a veces se resisten a conectar con su niño herido, pero es imprescindible y necesario pasar por el sufrimiento para poder soltarlo y oxigenarlo. Renacer de las cenizas igual que el ave fenix para emprender nuevamente el vuelo.
¿QUE ES EL NIÑO INTERIOR?
El niño interior es esa parte vital del Yo, que permanece sumergida y que conecta con la alegría y con la tristeza de nuestra infancia. Éste niño es el verdadero self que vive en nosotros en todo. Aquí y ahora, y resulta clave para nuestra autorrealización plena como adultos

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